Mientras el director de la UGEL Eden Laguna, se queja de la carencia de docentes, otros los botan como si nada - Foto: YR |
Antes que la docente Maryluz Vargas, fuera puesta en la calle porque habría desaprobado
al sobrino del director, otra profesora fue despedida sin motivo de la
misma Institución Educativa Maglorio Rafael Padilla, que dirige Mequías Díaz
Caqui. La víctima, María Claudio Bautista, cuenta entre
lágrimas el trato déspota que recibía, tanto así que la carta de
despido se la dieron cuando todos ellos se iban a una fiesta, al que
obviamente, no estaba invitada.
Buscando a María
Luego que se hiciera público lo sucedido con la docente Maryluz Vargas
Ramos, – vaya coincidencia a otro profesor le pasó lo mismo años atrás, en la
misma institución, con el mismo director – recibimos varias denuncias de
presuntos casos de abuso de autoridad, que en los días siguientes ventilaremos.
Una de estas injusticias, sería el de la profesora María Claudio, a quien la
encontramos tras una larga búsqueda.
María no es fácil de dar su número de teléfono. En el colegio donde
hasta hace poco trabajó, nadie tenía el número de contacto, solo tenían
referencia dónde vivía, en el Centro Poblado de Progreso del distrito de Llata.
Durante dos largas semanas, en varias ocasiones fuimos a tocar su portón, de
mañana o de noche no había cuándo encontrar a María, ni quién nos dé razón. Una
tarde, un niño que corría tras dos robustos y tiernos perros, nos sugirió
averiguar en Llata. En los puntos de contacto, lo único que sabían es que estaba
de viaje, no querían dar razón, ni su paradero. Cuando le explicamos el caso,
profiriendo “ese director es así, abusivo”, nos indicaron dónde
podíamos encontrarla, en Huánuco, frente a una institución pública. Luego de un
largo viaje, tampoco hallamos a María, en vano no íbamos a ir. Tocamos puertas
tras puertas, y un hermano suyo, con recelo, evita decirnos dónde está. Él,
también docente, al entender la causa de nuestra búsqueda, nos ofrece llevarnos
con su 4x4 de tres ruedas a donde está su hermana.
Luego de doblearnos el desayuno, cortesía de la casa, subimos al todo
terreno, junto a tres niños juguetones, felices por otra jornada de
juego sin preocupaciones, mientras el padre de ellos conduce la furgoneta
cuesta arriba pensado en su querida hermana. Otros tantos buscaron a maría,
unos para que no denuncie, la profesora Vargas, para que la ayude en sus
argumentos de abusivo contra Mequías Díaz, pero no la encontraron. Ahí está
ella, desde el tercer piso de su casa viéndonos llegar junto a su mamá, se preguntan
quién es el extraño que llega en la tolva del todo terreno. Como no nos conoce,
supone que buscamos a su madre y ella no baja.
Otros de fiesta y unos con la carta de despido
Entrégale tú, mejor tú, se habrían tirado la bola el director Díaz y el
administrador del colegio Maglorio Padilla, Edwin Castillo Romero, al no querer
dar la cara a la maestra despedida, justo cuando todos los docentes y
trabajadores de centros educativos de la provincia de Huamalíes, se alistaban
para la fiesta y los juegos magisteriales 2016 en el distrito de Punchao.
Un lunes 26 de setiembre, la profesora Maria Claudio, acudió presurosa a
cumplir sus labores, pero ese día la secretaria de dirección, con modales de
buenita, cual baldazo de agua fría le entregó la carta de despido, faltando
cinco días para que venza su contrato, cuando la normatividad del régimen CAS
establece como mínimo 15 de anticipación, y otras causales de despido.
Todos laboraron solo hasta el miércoles 28, los días jueves y viernes de ese
mes se entregaron a la fiesta, mientras que María, terminó el mes con el año
perdido. ¿Dónde encontrar trabajo a estas alturas?, la consoló la frustración
de que no podrá darle el regalo anhelado a su hijo en esta navidad.
“Yo creo que es un abuso de autoridad, así como le pasó a la profesora
(Maryluz), porque a mí no llegó nada, ningún memorándum, llamada de atención,
nada, ni amonestación, nada”, narra, María, haciendo esfuerzos porque no se le quiebre
la voz al recordar aquel aciago día en que le despidieron sin ninguna razón. “Yo
nunca falté como algunos colegas, quienes no llegan, faltan después de libar
licor. Yo cumplía mis labores. No es justo”, afirmó. Nadie le dijo en esto
fallaste o esta tarea no cumpliste, hay que mejorar; ni el director ni el
administrador, hasta la fecha. Sus colegas más cercanos se sorprendieron por el
repentino despido, le aconsejaron que reclamara, denunciara, pero por temor se
calló. “De repente el director se puede vengar”, manifiesta en alusión a lo que
le sucedió a Maryluz. Luego que estuviera resistiendo romper en llanto, se
quebró, al recordar cómo la trataba Díaz Caqui, “no tiene manera de tratar
el director, ni de llamarte la atención”, contó entre lágrimas.
“Respecto a la contratación y despido del personal, el directo responsable
es la UGEL Huamalíes, nosotros simplemente hacemos un informe de desempeño
laboral”, declaró para este medio el administrador del colegio Maglorio, Edwin
Castillo, luego que el director Mequías no quisiera dar la cara y explicar qué
pasó con la maestra María. Sostuvo que la docente no cumplió sus
funciones, sin embargo, admitió que en ningún momento le dieron un
memorándum o algún documento que respalde sus calificaciones, todo fue verbal,
asegura. En todo caso, este es el régimen CAS, en el que no se garantiza
estabilidad, puedes ser despedido con una patada en el trasero y no pasó nada.
Muchos, se valen de esta ley para abusar del supuesto poder que tienen, y
colocar en los puestos a sus allegados, a los amigotes que te brindan
las chelas o te soban la espalda.
Entre tanto, el director de la UGEL Huamalíes, Eden Laguna Aponte, como dando
razón a lo que dicen de él en las redes sociales, desconoce muchos temas,
también del caso de María. Pese a los hechos emblemáticos que se suscitan en
torno a su institución, al parecer no toma interés por impartir justicia en el
nivel administrativo. Sin embargo, prometió que en los próximos días
investigará el caso. “La información que me da usted, yo le agradezco, para ver
este asunto con detenimiento”, aseguró para Desde la Torre. Dios lo escuche,
don Eden, y haga honor a su nombre, de mantener vigente el sueño del edén en
esta vida.
FUENTE. DESDE LA TORRE COMUNICACIONES DE LOS PUEBLOS
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